La ausencia de
Gareth Bale en el clásico permitirá a Carlo Ancelotti aplicar frente al Barcelona el sistema ideal para compensar ataque y defensa: el 4-4-2.
Khedira se dispone a cubrir la baja del galés y a consolidar un esquema más destructivo en un equipo de clara tendencia ofensiva. Será una estrategia que, cuando el Barcelona tenga el balón, se convertirá en un 4-5-1, pues Benzema deberá presionar desde arriba al primer jugador azulgrana que reciba la pelota. Solo Cristiano estará liberado de funciones defensivas. Mañana, el entrenador realizará en Liverpool su segundo ensayo con este 4-4-2 que destruye en 4-5-1. Ya lo hizo así frente al Levante, con Chicharito como exponente de ese acoso sobre la zaga enemiga.
La baja de Bale se fraguó el viernes, en el entrenamiento previo al partido contra el Levante. El británico lanzó un trallazo a portería y sintió un latigazo en el glúteo derecho. En el músculo piramidal. Viajó a Valencia preocupado. Y amaneció el sábado con más problemas. Le molestaba. Ayer, los médicos del Real Madrid dictaminaron que no juegue mañana en Anfield Road y aconsejaron que tampoco lo haga el sábado frente al Barcelona. El galés deseaba brillar en el clásico liguero como hizo en la final de Copa, con aquella estampida de guepardo, y los doctores dicen que esta vez no podrá demostrar su zancada.
El entrenador ha pensado en Khedira como sustituto del británico porque es el destructor que necesita una línea repleta de creadores: Kroos, James y Modric. «Es un hombre muy importante para nosotros, porque aporta fuerza al centro del campo», señala el máximo responsable del Real Madrid al valorar su aportación al equipo. El objetivo es quitar el balón al Barcelona. El alemán está centrado en ese partido. Volvió a los entrenamientos de campo hace una semana y piensa estar a punto físicamente para acometer la misión especial que le encargará el técnico: frenar a Messi. El germano será el hombre que deberá anular al argentino cuando baje a recibir el balón al centro del campo. Si el azulgrana supera esa primera de presión, Pepe explotará su sentido de la anticipación para salir a robar la pelota al «diez» azulgrana.
La labor de zapa de Khedira también es fundamental en el capítulo atacante. Permitirá dar libertad de movimientos a Modric, el mediocampista que mejor regate posee para romper entre líneas al enemigo. El croata no tendrá que obsesionarse tanto con bajar a destruir. Los dos alemanes, Kroos y Khedira, estarán siempre detrás para cubrir las espaldas del cuarteto ofensivo que rematan Cristiano, Benzema y James Rodríguez. El portugués, sin Bale, potenciará sus incursiones por las dos bandas, con Benzema como pivote de la delantera para fijar a Mathieu. Las subidas de Carvajal y Marcelo serán el otro arma para penetrar por las zonas de Alves y Alba.
Ancelotti afirma que ahora solo piensa en el partido de Champions. Los jugadores tienen el clásico en el subconsciente, por su trascendencia, aunque les encante el encuentro de mañana en un estadio de rancio abolengo europeo como el de la calle Anfield, donde los blancos nunca han ganado. Para el técnico es prioritario alinear el once de gala, excepto Bale, frente al líder de la Liga. Cualquier jugador tocado no será protagonista en Liverpool. No correrá ningún riesgo. Por eso piensa en rotaciones. Arbeloa jugará mañana en su antiguo estadio, donde triunfó antes de regresar al Madrid. Isco, Illarra, Chicharito y Nacho también esperan tener un hueco en el equipo. Reducir la desventaja frente al Barcelona, de cuatro puntos a uno, es más importante ahora que un partido de la liguilla de Champions.
http://www.abc.es/realmadrid/noticias/20141021/abci-cristiano-realmadrid-clasico-barcelona-201410202033.html
